martes, febrero 19, 2008

Castro destierra a cuatro disidentes

Me siento realmente aturdido. Cuatro disidentes cubanos son deportados a España desde las cárceles cubanas y la gran mayoría de los periódicos percibe el hecho como un gesto humanitario de parte del gobierno provisional de Raúl Castro.
Las deportaciones eran una práctica Stalinista o Hitleriana cuando trasladaban a los disidentes rusos a Siberia o a los judíos de toda Europa, a los campos de concentración enclavados en Polonia.
El Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional de 1998 define la deportación como la expulsión de personas de la zona donde están presentes legítimamente sin motivos autorizados por el derecho internacional. La deportación supone cruzar fronteras nacionales y está considerada como un delito de lesa humanidad. Pedro Pablo Alvarez Ramos, Omar Pernet Hernández, José Gabriel Ramón Castillo y Alejandro González Raga han sido sacados de las cárceles de la isla para ser trasladados forzosamente a España.
No es que me oponga a la liberación de este grupo de gloriosas personas. Pero la buena voluntad sería liberarles a ellos y a los más de 200 presos políticos que hay en las cárceles cubanas para que permanezcan en su país natal o donde ellos decidan libremente. Por lo visto, esto no sucederá en Cuba mientras perdure el castrismo.
Las personas que valiente y pacíficamente se enfrentan a este tipo de régimen saben de antemano que la cárcel, el destierro o el fusilamiento es su destino natural. Cualquiera de las tres condenas escogidas por el régimen debería contar con la reprobación de todo el mundo.
Ni cárcel ni destierro ni fusilamiento, liberación de todos los presos disidentes ese si sería un gesto positivo, signo de que algo se mueve en la Cuba actual.

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