domingo, octubre 05, 2008

DICEN QUE NO HAY HUEVOS EN CUBA


Tras el paso de los huracanes, alguien tituló un reportaje: "no hay huevos en Cuba". Yo pienso que esta observación es casi exacta, aunque la data es incorrecta. En Cuba no hay huevos desde hace mucho más tiempo. Nos los han ido extirpado poco a poco, en silencio y con nuestro consentimiento.

Comenzamos a perder los huevos cuando el 3 de octubre de 1965 aceptamos un partido único como guía política y espiritual de nuestra sociedad, también cuatro años antes cuando los sindicatos dejaron de defender los intereses de los obreros para defender los intereses del régimen revolucionario Fidel Castro.

Perdimos los huevos también a partir del 17 de mayo de 1961 cuando la ANAP (1) organizó a todos los campesinos alrededor del gobierno para así poder regular la producción, administrar sus bienes y diseñar el mercado agrícola nacional. La ANAP preponderó el interés del régimen, la retórica y la propaganda anteponiéndolo a las necesidades de los propios campesinos.

Nos machacaron los huevos -disculpen la expresión- cuando preferimos el adoctrinamiento ortodoxo y fidelista a una educación plural y moderna; al permitir que nuestros hijos formaran parte de ese rebaño de borregos con pañoletas y uniformes que bailan al son del tirano opresor.

Nos quedamos sin huevos cuando ocultamos nuestros puntos de vistas para repetir el discurso oficial puesto en los periódicos por el régimen. Cuando nos agrupamos en turbas, como sucediera en 1980, para reprimir a todo aquel que decía algo discordante, les golpeamos y les enviamos a la cárcel o fuera de nuestras fronteras al grito de: ¡ESCORIAS!

Nos quedamos sin huevos cuando asistimos de forma masiva a los actos políticos del partido único, organizados por el único líder de la revolución. Cuando simulamos que elegimos y opinamos; y actuamos como si después de la próxima reunión, convención o congreso -de ese partido- todo tendría solución. Al prestarnos a la manipulación oficial nos olvidamos que la verdadera respuesta de este injusto puzzle están en nuestras propias manos.

Nos quedamos sin huevos cuando no respetamos, admiramos o seguimos a aquellos valientes que han decidido plantarle cara al sistema. Aún, tildados de locos, temerarios irresponsables se sacrifican por nosotros sobreponiéndose al dolor que les causa, todos los días, nuestra pasividad e incomprensión.

Perdemos los huevos cuando irresponsablemente pensamos que lograremos persuadir a quienes nos explotan y humillan, olvidando que no hay nada que salvar en toda esta historia. Deberíamos actuar, teniendo claro que no existe interlocutor posible dentro del régimen actual. Forzarles a abandonar el poder debería ser el único objetivo de un verdadero patriota. La idea lógica sería comenzar de cero y así poder construir una sociedad nueva de verdadera participación cívica y organizaciones sociales libres.

El Ike ha hecho escasear las posturas de gallinas pero el asunto de falta de huevos en Cuba viene de más atrás: desde que aceptamos la POLÍTICA FÁLICA de nuestro invencible comandante en jefe a partir de 1959.
1. Asociación Nacional de Agricultores Pequeños.