viernes, abril 25, 2008

¿Qué bloqueo?



Siempre hubo quien pensó que las penurias del pueblo cubano se debían al "abominable bloqueo imperialista" al cual se le dió la facultad de impedir pasar a Cuba hasta una sola aspirina. Sin embargo, ahora a cincuenta años de la gran revolución cubana nos enteramos que el embargo norteamericano solo era el comodín político de Fidel Castro, detrás del cual se escondían las desastrosas políticas sociales y económicas llevadas a cabo por su dictadura.

Tanto es así que cuando nos referimos a las cosechas agrícolas cubanas, barridas de la verde geografía nacional, la justificación era simple: .."los fertilizantes no pueden entrar en Cuba, por el bloqueo norteamericano". Si hablamos del transporte: ".. los autobuses cubanos están averiados y los americanos no dejan pasar las piezas de repuesto". Si mencionábamos el estado de las carreteras y las calles, salía una voz que decía: "…el bloqueo nos impide arreglar las calles". Si las casas se están cayendo a pedazos y las tiendas están vacías, sin productos básicos de consumo, la justificación era siempre la encerrona imperialista. Si las escuelas no tenían libros, ni ordenadores "el bloqueo nos impide mejorar la educación"; si hablamos de libertades, de elecciones libres de diferentes partidos, de democracia entonces: "…los cubanos debíamos estar todos unidos en contra del bloqueo" y en eso consistía la revolución: en la perpetua justificación de sus ineptitudes con el bloqueo imperialista.

Pero cuando escuchaba a los máximos líderes en sus fervorosos discursos que "el bloqueo imperialista pretende ahogarnos por hambre" no me parecía lógico que el propio gobierno cubano a lo largo de estos casi cincuenta años obstaculizara cualquier medida que pudiera solventar el problema de alimentación en Cuba. La magnífica experiencia del mercado campesino fue abolida porque demostraba que la iniciativa privada era más eficaz que la estatal. Y lejos de incentivarla Fidel Castro acusó a los agricultores de especuladores y de lucrar con los alimentos de la población. Al tiempo que las tierras quedaban abandonadas o improductivas y la población sin nada que llevarse a la boca.

Las paladares -pequeños restaurantes privados-, tuvieron una corta vida, también fueron perseguidas hasta que las exterminaron, dejando algunas sólo como símbolo de esa política. El mercado, las paladares y otras formas de producción privada demostraron que en Cuba se puede avanzar económicamente siempre que se deje a la gente gestionar su propio negocio y no como ahora, por salarios que impiden satisfacer sus necesidades más básicas.

Hace una semana leía en el Granma que en Cuba existen muchos puestos de trabajos vacantes y a la vez resulta casi imposible encontrar quien los ocupe. La periodista ponía el ejemplo de los chóferes de autobuses quienes no querían trabajar por lo que ella consideró un buen salario: 315 pesos - esto no es más de 15 euros al mes-.

Con asombro ese mismo gobierno "bloqueado" compra más del 80 por ciento de los alimentos de consumo nacional a empresarios norteamericanos. Según contó AP en 2007 Cuba se gastó cerca de 200 millones de dólares en el mercardo estadounidense.

"El bloqueo" les cierra a Cuba los mercados internacionales es otra de las frases preferidas de los dirigentes cubanos, es por eso, digo yo, los inversores extranjeros en Cuba sufren un gran calvario cuando arriesgan su dinero y tratan de oxigenar la economía de la isla, el gobierno cubano los cruje con altísimos impuestos y medidas draconianas que pocos logran resistir.

Según nos inculcaron, el bloqueo yanqui no permite la utilización de las divisas norteamericanas y por eso no comprendo por qué el gobierno cubano penaliza la utilización de dólares en la isla más que otras divisas, cuando lo inteligente sería estimular su uso.

Supuestamente "el bloqueo" pretende que los cubanos nos aislemos del mundo, y por eso es incomprensible que el gobierno de los Castro haga lo imposible para que los cubanos no puedan estar presentes en ese mundo, obstaculizando los viajes al extranjero, el acceso a Internet y veta la divulgación de prensa extranjera en Cuba.

La lógica nos dice que estar de acuerdo con el bloqueo sería estar de acuerdo con las medidas que ha tomado el gobierno cubano durante estos cincuenta años y no quedaría más remedio que repudiarlo.

Ahora parece que Raúl Castro empieza a "romper el bloqueo nacional" el verdadero bloqueo digo yo, y para ello ha abierto tiendas a los campesinos para que puedan comprar, al fin, sus instrumentos de labranza. Hasta ahora no podían ni tenían forma legal de adquirir. Cincuenta años han bastado para hacer justicia, recuerden que esta es una revolución de obreros y campesinos. Raúl ha permitido que los cubanos debatan sobre la situación que vive el país. Aunque, no ha participado todo el mundo, los disidentes están fuera de estas asambleas, mucha gente ha sido muy crítica con la realidad cubana y es unánime la opinión de que es importante realizar cambios. Y para asombro mío se habló sobre la desastrosa situación de la educación(*) cubana, e incluso del estado de la salud pública, temas hasta hoy intocables de la iconografía castrista.

Raúl ahora permite a los cubanos hospedarse en hoteles, y por su puesto esto es muy bueno. Lo que no ha dicho es cómo financiar su estancia en los hoteles porque con el dinero que él paga, por ejemplo, a un médico durante todo un año, no alcanza ni para dos noches de estancia en estos lugares. El gobierno de Raúl autoriza la posesión de teléfonos móviles, invitando de esta forma a todos los emigrantes cubanos que paguen a sus familiares los teléfonos, las tarifas y las líneas partiendo de la triste realidad que su cotización se hace solamente en dólares.

Estas medidas tienen aristas positivas. La gente comprenderá cuál es el valor real de su trabajo: Nada.
Los cubanos se darán cuenta que ser maestro en Cuba, ser médico, científico, constructor no es suficiente para tener un nivel de vida ni medianamente miserable. Por otro lado, con las medidas aperturistas de Raúl se hará más visible el muro del verdadero bloqueo nacional y se mostrarán ante el rostro de todos quienes son los portadores de los móviles, los que entran a los hoteles, los que viajan al exterior, los que acumulan el dinero, cuando la mayoría de los cubanos viven padeciendo las consecuencias del bloqueo.

CADIL


*(El ministro de educación fue cesado después de estos debates, utilizado como chivo expiatorio)

jueves, abril 24, 2008

LAS MEDIDAS DE RAUL

Los periódicos del mundo hablan de las nuevas medidas del gobierno de Raúl Castro. ¡Bienvenidas sean! Unos dicen que se permite el uso de los teléfonos móviles, otros que los cubanos pueden entrar a los hoteles, que se va a permitir el acceso a Internet, que por fín no hará falta el permiso de salida del país, la muy ansiada tarjeta blanca. De esto último me creo la mitad. Las disposiciones supuestamente son adoptadas para el pueblo cubano, mas todo el mundo se entera en el MUNDO, excepto el destinatario final. De todas formas, ninguna de estas superficiales iniciativas ayudarán en nada a salir de la eterna crisis que aplasta al país. Las nuevas medidas con la vieja mentalidad nos llevan a más de lo mismo. La traba está en el sistema, esa es la cuestión.

miércoles, abril 23, 2008

¡Vivan las Damas de Blanco!