miércoles, marzo 09, 2011

Los cubanos solos ante el inminente fin de régimen.



Si los cubanos seguimos pensando en el final biológico, como punto de inicio para acometer nuestra sagrada tarea, estamos perdidos. Si pensamos que para salvar a la patria necesitamos la ayuda de los poderosos e influyentes del mundo, estamos menospreciando el sacrificio padecido por tantos mártires a lo largo de nuestra historia.

La experiencia reciente nos demuestra que la lucha contra la dictadura la tenemos que librar nosotros mismos, con los medios que poseemos, con los medios que seamos capaces de poner a disposición de nuestra causa. Lo fundamental es contemplar la posibilidad de dar nuestra vida por lograr el cambio hacia la democracia. Para ello es necesario la honestidad de nuestros planteamientos e ideas. Honestidad que nos llevarán a la única verdad posible: Nos urge la unidad a toda costa.

Si continuamos solos y disueltos, estamos perdidos. Un profesor que tuve alguna vez me repetía una máxima de la inteligencia: “no desviarse a objetivos falsos”. Y los cubanos nos enredamos en cuestiones que nada tienen que ver con el principal objetivo nuestro: la derrota inmediata de la dictadura. Únicamente si nos consagramos a nuestro principal objetivo seremos capaces de tragarnos nuestros orgullos y el infantil afán de protagonismo que nos hacen tan vulnerables.

Todo nuestro accionar debería ir dirigido a aglutinarnos y a actuar en contra del régimen. Fidel Castro parafraseando a la Biblia dijo: “... o estás conmigo, o estás en contra mía....” Nosotros tenemos que decir: si estás en contra del régimen, estás conmigo.

Si seguimos desacreditando a quienes se sacrifican junto a nosotros, estamos perdidos. No podemos seguir sospechando y menospreciándonos nosotros mismos. En este momento es muy importante sumar, no todos somos inmaculados, habrá alguien por allí, tal vez que lo sea. Mas creo, que todos, de alguna forma, hemos colaborado con el régimen. Los inocentes pioneros, los revolucionarios declarados, los inoperantes contrarrevolucionarios, los presos políticos casuales, los que aceptaron el destierro antes de seguir encerrados, los trabajadores del improductivo sistema, los estudiantes universitarios, los policías, los esbirros, los cederistas, los chivatones, los compradores en la bolsa negra, los vendedores en la bolsa negra, los jineteros, los turistas, los falsos comunistas, los comunistas de hacha y machete, los estudiantes de “bombochies “, los barbudos dirigentes, los que padecen del síndrome de Estocolmo, los disidentes, los nefastos invasores de bahía de cochino, los estudiantes callados, los macetas, los miserables, los cobardes, los que prefirieron poner mar por medio, los que habían vivido antes de la revolución, los que provocaron esta revolución, los calumniadores, los artistas, los vagos, los profesionales, los deportistas, los políticos supercríticos con Cuba y cómplices de Pinochet o Sadam Hussein, los que critican a Cuba y toleran a China, quien escribe estas lineas, todos somos culpables de lo que sucede en Cuba. Todos hemos sido cómplices necesarios para que tamaña atrocidad perdure hasta ahora. Por eso lo único que debemos hacer es ponernos en marcha en pos del fin inmediato del régimen. Pensando que no tenemos más recursos que nosotros mismos. Si nos lo proponemos en 15 días terminamos con la era Castro. Solo tenemos que salir a la calle todos, o encerrarnos todos en nuestras casas. Una de las dos variantes terminaría con el régimen en 15 días, solo tendríamos que ponernos en marcha.