lunes, julio 13, 2009

LA LIBERTAD DIGNIFICA EL TRABAJO

Los maestros cubanos ganarán diez dólares más al mes a partir de septiembre de 2009. Por primera vez, en la historia de la revolución, alcanzan la astronómica suma de 600 pesos mensuales de salario - unos 30 euros-. ¡Qué bueno!


Según el diario oficial - Granma- se están realizando grandes esfuerzos económicos para revitalizar el sector docente que en los últimos tiempos se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para el gobierno.


La medida del incremento salarial, acompañada por otras más, trataría de evitar la marcha masiva de los maestros a sectores más rentables económicamente. Las empresas vinculadas con el turismo o con entidades extranjeras, donde siempre existe la posibilidad de recibir algunos dólares, legal o ilegalmente, son el destino deseado por los docentes que huyen de la penuria de las aulas.


Las primeras iniciativas del ejecutivo cubano, destinadas a palear el éxodo masivo de los educadores, fueron la creación de los llamados maestros emergentes. Este insólito tipo de maestros no son más que los propios alumnos quienes, tras recibir un curso acelerado de docencia, ocupaban el espacio dejado por sus profesores e imparten clases a sus colegas de años inferiores. Los verdaderos maestros se van del país, se marchan a trabajar para el turismo o se jubilan y así tener más tiempo para inventar en las calles. Otra salida que buscaban los docentes cubanos es salir del país a través de una misión internacional en cualquier parte del mundo. El objetivo fundamental es ganar algunos dólares o desertar, en la medida de los posible.


El GRANMA, órgano oficial del partido comunista se reconoció, días atrás, que las frutas y verduras escasean en los mercados cubanos. ''La cosecha de cítricos disminuyó desde el 2004 un 51 por ciento, la de plátano fruta un 38 por ciento y la de otras frutas un 29 por ciento'', afirmó el periódico, y obvió, en su análisis, que las cifras del 2004 eran ridículas y no eran suficientes, entonces, para el abastecimiento de la población. Por eso Cuba comenzó a importar frutas de países de la región - República Dominicana, Costa Rica y Estados Unidos. La mayor isla antillana, otrora locomotora agraria de la zona importa el 80 por ciento de los frutos y cítricos que consumen los más de 11 millones de cubanos.


Los campos de Cuba están abandonados, los frutos no crecen porque los campesinos se niegan a trabajar por los salarios que paga el gobierno revolucionario de obreros y campesinos. Los campesinos deberían tener la oportunidad de sembrar en sus tierras los productos que ellos estimen y deberían tener el derecho de comercializarlos libremente. No basta sólo con repartir las tierras, es necesarios permitir que cultiven y vendan con libertad total. Únicamente así realizarán esa ardua tarea tan necesaria, en un país como el nuestro, que servirá como base en un posterior y paulatino desarrollo social.

El estado cubano debería tener la oportunidad, de a través de los impuestos cobrados a los campesinos, pagarles salarios decorosos a los maestros, a los médicos y no esa miseria que con tanto bombo anuncia ahora. Los médicos bien pagados podrían pasar más horas dedicados a sus enfermos y no pensando en terminar su jornada para resolver algo en la bolsa negra de la cual realmente comen y alimentan a su familia. En la bolsa negra, desde luego, no hay cabida para el altruismo y mucho menos para la caridad.

Si los campesinos pudieran cultivar sus tierras y vender el fruto de su trabajo de forma liberada, entonces los transportistas deberían tener sus propios camiones por los que pagarían impuestos que garantizarían que el Estado revolucionario pudiera, por ejemplo, arreglar las carreteras y comprar más autobuses chinos, porque los 500 que adquirió en los meses anteriores para La Habana son apenas el 43 por ciento del necesario para estabilizar la caótica situación del transporte de la capital.


Si los transportistas pudieran llevar las mercancías, deberían existir dueños de tiendas y hoteles o mercados, ávidos por adquirirlas para realizar su negocio, que pagarían impuestos que permitiría al estado, por ejemplo, comprar medicinas para las farmacias, ahora totalmente desabastecidas y nos evitaríamos tener farmacias en dólares para extranjeros con medicina y farmacias para nacionales completamente vacías.

Si los mercados pudieran alquilar los puestos de ventas, entonces, los comerciantes deberían pagar impuestos al Estado con el cual se podría, por ejemplo, arreglar las escuelas y abastecerlas de material escolar.

Si los vendedores de los mercados fueran los dueños de sus locales, entonces seguro que buscarían la mejor calidad para sus productos,. beneficiando siempre al consumidor. Esto permitiría a nuestro maestro, con más poder adquisitivo, por ejemplo, arreglar su vivienda y para ello contrataría una brigada de constructores que pagaría impuestos por hacer su trabajo, dinero que el Estado podría utilizar para pagar pensiones dignas a los jubilados y se borraría así de las calles el vergonzoso y decadente espectáculo de ver a los ancianos vendiendo ilegalmente, como mendigos, cigarros al menudeo para poder comprar algún trozo de pan y así tener algo que llevarse a la boca.

Si se pudieran constituir brigadas para hacer reformas en casas y edificios, entonces estos constructores comerían en restaurantes de su área de trabajo, seguramente paladares, que pagarían sus impuestos, y el estado los podría utilizar, por ejemplo, para pagar salarios dignos a los jueces, parlamentarios, y otros puestos burocráticos necesarios para que funcione el estado. Estos constructores serían consumidores de maquinarias, ropas y carburantes que alguien produciría, importaría o intermediaría y por ello pagaría impuestos a este estado, ahora tan demacrado, que podría invertir en pagar mejores salarios a sus científicos e investigadores.

Los restaurantes necesitarían menajes, materiales de cocina, muebles que buscarían en tiendas que deberían existir y pagarían impuestos que el Estado podría utilizar, por ejemplo, para pagar buenos salarios a la policía y así evitar que les comprara cualquier delincuente por tres míseros dólares.

Los maestros satisfechos, los jubilados dignificados, los niños asistiendo a escuelas decorosas, los médicos ejerciendo como tal, no de improvisados curanderos o taxistas clandestinos, los parlamentarios respetando al pueblo y la constitución, los constructores edificando día a día a la sociedad, los campesinos sembrando esa tierra que ahora abandonan como si estuviera infestada. Los ganaderos vendiendo la leche de sus vacas y sus ovejas en mercados libres y al precio que les compense. Ese es un país posible y deseable.

No valen los argumentos del embargo externo y mucho menos, de la necesidad del control total del Estado sobre todo cuanto se produce y de todo cuanto se paga. Así no es posible vertebrar una verdadera economía. La libertad de todos los hombres produciría las riquezas necesarias para el funcionamiento armónico de la sociedad.

¡Libera a los campesinos con todas sus consecuencias y obtendrás maestros dignos!


viernes, julio 03, 2009

FIDEL SIN RELEVO

Acabo de leer un artículo en el periódico el País sobre la destitución de los dirigentes cubanos Carlos Lages y Felipe Pérez Roque. El escrito gira alrededor del contenido de las grabaciones secretas que están viendo algunos dirigentes locales del partido comunista cubano. Al parecer, en dicho video vinculan al CNI español con la sonada purga realizada por Raúl Castro. A pesar de lo apasionante que tienen los temas de espionaje, lo más importante de este asunto es que por primera vez en años entra luz pública a los entresijos de la nomenclatura cubana.


Se pueden imaginar a Carlos Valenciaga, secretario personal de Fidel Castro, festejando su cumpleaños en el mismo edificio donde convalecía el comandante en jefe, a pocos días de su intervención quirúrgica. Este joven secretario improvisó una pachanga donde deleitó a los presentes con una botella de alcohol entre las piernas y la gorra de su jefe en la cabeza marcando el paso en tremenda rumba, eufórico y distendido al estilo del entierro de Papá Montero. Lejos de la pena, la preocupación y la tristeza que podríamos imaginar en los rostros y las mentes de los allegados al poder había fiesta. Esta muestra de desenfado, arrogancia, irreverencia y por qué no deslealtad a ese poder totalitario, del cual son piezas claves, es la imagen del hombre nuevo. De ese ser creado por Fidel Castro fiel a su propia catadura y con sus mismas faltas de escrúpulos.


Pero quiénes son estas personas, Carlos Lage, Felipe Pérez Roque y Carlos Valenciaga. Deberíamos comenzar a describirlos como el reflejo exacto del cuadro revolucionario. Todos fueron dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas, o la Federación Estudiantil Universitaria, miembros del selecto grupo de apoyo al comandante, órgano creado para mantener informado al máximo líder de todo lo que ocurría más allá de su despacho, en cualquier ministerio, en cualquier provincia, en cualquier actividad, en cualquier rincón de la isla y puede, que incluso, en el exterior. Supeditados únicamente a él y sin restricciones para actuar. No le rendían cuentas de sus actos, ni al partido ni al parlamento ni a jueces ni a militares y se sometían únicamente a la voluntad de Fidel Castro. Todos fueron fieles serviles públicos del tirano. Creados, mimados, aupados y protegidos por el comandante para ser el poder del poder.


Y no sabemos más pero intuimos que nadie cree en la obra de la revolución, simplemente la revolución es esto la fórmula exacta de corrupción y miedo. La vez anterior cuando la luz entró más allá de las paredes de las casas de los dirigentes cubanos fue en 1989, durante la causa del general Ochoa. Pudimos ver entonces que mientras el pueblo cubano sufría la eterna crisis de la revolución y daba su vida en los principales conflictos bélicos del mundo - Angola, Etiopía, Nicaragua-. Los Militarotes de la revolución de Fidel Castro vivían en lujosas mansiones. Cuando la guerra llevaban putas -disfrazadas de combatientes- para beneficiárselas en los hoteles de Luanda. Traficaban con diamantes y armas por el mundo entero y comían en la misma mesa con los enviados del narcotraficante Pablo Escobar. Así defendían la revolución socialista y antimperialista cubana. Así practicaban el internacionalismo proletario.


Por eso ahora Raúl Castro se cuida de mostrar al pueblo los actos de sus dirigentes. Cómo viven, cómo se divierten, cómo viajan, cómo festejan, cómo descansan, quienes son sus amigos y sobre qué hablan.


Esa es la obra de la revolución, eso es lo que queda. Diez millones de hombres y mujeres sumidos en la más horrenda pobreza. Ultrajados, esclavizados, discriminados, mancillados, humillados, aterrorizados, maniatados por esta panda de lunáticos que sólo es fiel a la buena posición, al poder y al dinero. ¡Que se haga la luz!


jueves, julio 02, 2009

MORATINOS DELIRA

El ministro de asuntos exteriores Miguel Angel Moratinos dijo que España bajo su mandato mantendrá el clima de diálogo con el régimen cubano. Señaló que “ya se vislumbran algunos resultados de las reformas emprendidas por Raúl Castro” y dijo que la disidencia en Cuba estaba menos hostigada que años anteriores.


Si un ministro bien informado es capaz de decir a todo pulmón algo que no cree, que no ve y que no siente, nada más y nada menos que, en el parlamento democrático español. No queda más remedio que cuestionarse su valía , su honestidad o las dos cosas a la vez.


¿Cómo se puede el amigo Moratinos criticar al ex presidente José María Aznar por haber metido a España en la guerra de Irak, injusta, inmoral y de rapiña; a la vez que se está en connivencia miope y servil al gobierno tirano de la isla de Cuba?


En la guerra de Irak murieron miles de personas en nombre de la petrolibertad, en Cuba ahora mismo y desde hace cincuenta años, mueren cientos de personas tratando de huir del infierno fidelista que tanto desea Moratinos respetar.


Por lo que ha demostrando, con hechos y palabras, las críticas a José María Aznar lejos de ser un compromiso con la justicia y la democracia internacional, no era más que oportunismo político. Cuando somos críticos con las injusticias debemos serlo en general, contra todas las dictaduras, contra todas las lacras y forma de terrorismo, contra todas las violaciones de los derechos humanos. Debemos tener en la picota a todos los criminales y violadores de los derechos del hombre.


No creo que la idea de negociar, conversar, o incorporar a Cuba sea la más sensata en nombre de ningún valor humano; y no creo que el mundo deba obviar el uso de la diplomacia en el caso cubano; todo lo contrario, pienso que en el marco de un parlamento democrático un ministro, como Moratinos, debería, por lo menos, recriminar en algo al tirano fijar su posición y jamás he oído de su boca un: “condenamos al régimen de la isla por tal o más cual violación”, que las hay variopintas, atroces y monstruosas. Mas a Moratinos se le escucha apostar por la comprensión con aquel anacronismo que estrangula día a día a 10 millones de cubanos.


Moratinos debe estar bien informado, por eso no voy a decir que el pobre no se entera y si no es así es por sectario, mentecato y frívolo, teniendo en cuenta que es el ministro de exteriores de la potencia con más influencia en el área en cuestión.


Con Cuba no se puede conversar a no ser que se disponga de mucho tiempo, con Cuba hay que actuar, como se actuó con el sangriento terrorismo de ETA -sacándole de las instituciones e impidiéndoles que se fortalezcan. Por qué se actúa de esa forma contra ETA -utilizando la lógica- y con el sangriento terrorismo cubano se pide diálogo y comprensión. NO ENTIENDO.


¿Obtiene algo del régimen cubano el ministro español? Por qué no se entorpece, por ejemplo, la actividad de las empresas cubanas que explotan a los trabajadores cubanos aquí mismo en suelo español, obligándoles a vivir semisecuestrados en pisos pateras y cobrando salarios inferiores a 300 euros al mes. Hablo de la UNECA y otras empresas de la isla que cuentan con el beneplácito y complicidad (¿cohecho?) de las autoridades locales. ¿Cómo se justifica este doble rasero ante al opinión pública nacional? ¿Es conveniente para España gozar de las simpatías del sátrapa a pesar de sus atrocidades? ¿Se mueve algo por debajo de la mesa? ¿Podremos mirarle a los ojos a los miles de cubanos que son condenados tan solo por desear la libertad de su pueblo? ¿Se imaginan el 20 por ciento de los Vascos fuera de su país huyendo del terror de ETA? Pues en Cuba más del 20 por ciento de la población vive fuera del país y la gran mayoría ha salido en endebles pateras prefiriendo jugarse la vida a sufrir las penurias del régimen vil de Castro.


En honor a la razón, con la dictadura no hay que conversar de nada, mientras esté en pié el cristal que impide la comunicación. El mundo real debería esperar una señal del régimen en la que con actos pida la interlocución. Tampoco pienso que se debe aislar a Cuba económicamente, nada más lejos de mi deseo, hay que buscar que salga de su aislamiento, sin dejar de criticarle por sus constantes abusos en contra de su propio pueblo.


A Cuba hay que ayudarla a democratizarse, ese debería ser el propósito de cualquier gobierno en su política exterior. Pero flaco favor se le hace a los cubanos prestándose al juego político de los Castro sin tener en cuenta, en lo más mínimo, el verdadero origen de los problemas de Cuba: la dictadura terrorista que gobierna la isla desde mediados del pasado siglo conculcando todos los derechos humanos posible. Con Cuba hay que utilizar la diplomacia, pero la diplomacia hostil la que se utiliza en tiempos de crisis contra cualquier régimen que viole los preceptos democráticos de su pueblo. Como se actúa ahora mismo con Honduras, o Irán.


Por convicción no deberíamos ser amigos de los Castro y deseable sería que desaparezcan también de la palestra internacional esos falsos enemigos que le sirven de coartada al régimen de la isla - el embargo norteamericano-. El mundo libre debería utilizar todos los espacios democráticos de la tierra -parlamentos, foros internacionales, y prensa- para repudiar el inhumano, dictatorial y repugnante régimen cubano. Con Castro solamente se debería conversar sobre cuándo va a permitir elecciones libres a su pueblo. Lo demás es rojo delirio nostálgico, cómplice fundamental de los atropellos de la dictadura.