Un pajarito me dice algo que no creo, no quiero creer y no puedo creer. No puedo creer porque nos conocemos de toda la vida. Sabemos cómo nos hemos desarrollado y en el entorno en que hemos crecido y nos hemos formado como persona. No puedo creerlo porque sé que has estudiado y has viajado y conoces lo suficiente como para saber que no crees lo que me dice el pajarito.
Sin embargo, creo y sé que deseas lo mejor para tu país; entiéndase: tu familia, tus vecinos, tu ciudad, tu patria y todo lo anterior se puede concretar en una definición: HOMBRE.
HOMBRE es una palabra importante, diríamos básica. Hombre se antepone a ideología, banderas, fronteras y consignas.
Desde pequeños nos inculcaron que el HOMBRE en el socialismo es lo más importante. Pero, no EL HOMBRE ese ser que manda, sino los hombres la mayoría.
Estarás conmigo de acuerdo que esa gran mayoría de hombres no se puede desarrollar a plenitud si no goza de LIBERTAD. Claro, al abordar esta parte el tema caemos en la trampa de tratar de definir ¿Qué es LIBERTAD? Dicho a la ligera prodríamos pensar que sabemos el significado de LIBERTAD, pero ¿realmente la conocemos?
LA LIBERTAD, podríamos decir que es elegir, opinar, disentir, decidir, optar sin que esto constituya un acto de heroísmo o temeridad. Simplemente que constituya un derecho básico. Y LIBERTAD es también no optar, no disentir, no decidir y no opinar, sin que esto constituya un acto de heroísmo o una temeridad.
De esta forma tenemos dos categorías HOMBRE y LIBERTAD. No es secreto para nadie que el deber de todo gobierno moderno es crear un sistema donde los HOMBRES pueden existir en LIBERTAD, donde confluyan y se garanticen todas las libertades de todos los hombres. En este sistema lo más importante debe ser el HOMBRE, pero siempre en LIBERTAD.
Estarás conmigo de acuerdo que si existe un sistema que para garantizar la vida de los hombres les limita al máximo SU LIBERTAD, habrá que corregirlo. Si existe un sistema que antepone la ideología de los hombres a la libertad de los hombres, habrá que corregirlo.
Si existe un sistema donde no se implantan los instrumentos para garantizar la LIBERTAD de los HOMBRES, o lo que es lo mismo, elecciones libres, partidos políticos, libertad de credo religioso, libertad de educación, libertad de información, libertad económica, libertad de sindicatos, libertad de organizaciones civiles, libertad de movimiento; entonces, habrá que corregirlo.
El tema está más claro que el agua, todos queremos que los HOMBRES vivan en LIBERTAD a no ser que defendamos la posición de una casta, en el poder, que supuestamente nos garantice a nosotros, de forma excluyente una forma de vida vetada para el resto de nuestros compatriotas -esos hombres-. En este caso no estaríamos hablando de LIBERTAD sino de conveniencia, propio de sistemas carentes de LIBERTAD. Y aun así, estarás de acuerdo conmigo que habría que cambiarlo, o por lo menos, entenderás que haya gente que piense en la necesidad de cambiarlo para buscar precisamente: LA LIBERTAD.
Ahora hablando sin rodeos, en Cuba no se han creado los instrumentos necesarios para garantizar la LIBERTAD de los HOMBRES. Todo lo contrario existe un GOBIERNO TOTALITARIO que ha creado un sistema de oscurantismo y miedo con el único fin de garantizar su perpetuidad en el PODER. Este sistema a duras penas garantiza la educación gratuita, la salud gratuita y la alimentación casi gratuita como si se tratase de un gran parque zoológico o peor aún, como hacía el señor feudal en la época esclavista. Recuerda que ningún esclavo pagaba por aprender un oficio, ni pagaba por las atenciones médicas que recibía y mucho menos, pagaba por su alimentación. En la época feudal el amo jamás pedía a sus esclavos que les tuvieran gratitud, era suficiente la obediencia y el total servilismo de sus esclavos.
Sin embargo, nuestros dueños nos piden muestras de agradecimiento y creen que nos han convencido, con su maquinaria de miedo y desinformación, de que somos HOMBRES LIBRES porque nos mal alimentan, nos mal educan y porque malamente cuidan de nuestra salud. Este sistema amigo mío, hay que cambiarlo.
Saludos, César. SIN PATRIA, PERO SIN AMO.
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