Las vergüenzas de la isla quedan al descubierto por las ráfagas de vientos producidas por Ike. El meteoro con furia tremenda venció las viviendas que en cincuenta años no recibieron en su epidermis el bálsamo de una pintura, o la cosmética de un poco de cemento.
Ike tempestuosamente rompió la escenografía montada para extraños y las bambalinas de la vida real han salido a la palestra para decirle al mundo: estas son las condiciones en las que habitan los cubanos. Casas endebles, techos de zinc, edificios apuntalados por más de dos lustros años, hospitales sin camas, sin bombillas con ventanas rotas, infraestructuras obsoletas de principio del pasado siglo. No existen carpinterías donde arreglar una puerta, ni ferreterías donde comprar un clavo, ni tiendas de materiales donde comprar un poco de cemento.(*)
La obra de la revolución se yergue en la escenografía de las mesas redondas, el periódico GRANMA, las reflexiones de Castro y la belicosa verborrea de todos los dirigentes de la isla. De esta dimensión ajena e intangible donde se "levanta la nueva sociedad" arribaron quienes no perdieron sus viviendas ni sus propiedades a pedirle a pueblo llano un último esfuerzo en el nuevo frente de lucha.
El pueblo llano se movilizará y coreando consignas y vítores a la revolución remendarán la mitad de los destrozos de Ike y nuevamente comenzará el ciclo. Cada cual a su dimensión: los hacinados, los vigilados, los mal pagados, los repetidores de consignas se retirarán al espacio donde nada pasa, donde planificar parece un atributo burgués y resolver es el único verbo declinable en todos sus tiempos gramaticales.
Los otros subirán a ese nivel de los jefazos, a cómodos puestos de trabajo con empresas extranjeras,a magnificas mansiones, a zonas residenciales cerradas, a los jugosos planes de futuro, a las vacaciones en playas para extranjeros y de vez en cuando algún que otro desintoxicante viaje al exterior gastando pasaporte oficial y dietas ministeriales.
Las vergüenzas que mostró Ike se borrarán con la nebulosa del tiempo e incluso servirán para que ilusos y oportunistas del mundo aporten su granito de ayuda para que continúe tamaña barbarie. Las vergüenzas mostradas por Ike se ocultarán tras las bambalinas de miles de pancartas propagandísticas que emularan con el bosque de banderas negras sembradas frente a la oficina de intereses norteamericano para ocultar aquel display informativo.
La disidencia nuevamente, a tras pie, no sabrá qué hacer. Tal vez, ocultarse hasta que vengan tiempos mejores en los cuales se pueda defender los intereses de ese pueblo ahora mojado. Despertad, despertad, despertad….
(1) Hace unos meses que Raúl dijo que iba a abrir tiendas para que los campesinos pudieran comprar instrumentos de trabajo, después de cincuenta años de revolución.
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