lunes, mayo 12, 2008

Reacción de un viejo amigo

Esto me escribió a mi e mail privado un viejo amigo a quien quiero como si fuera mi hermano. Esto es una muestra de lo que sucede en Cuba. Cuando él pueda expresarse abiertamente en el blog, yo pararé de escribir. Cuando mis amigos no sueñen con salir de Cuba para poder vivir honestamente de su trabajo, yo dejaré de escribir de Cuba. Cuando Cuba sea un país de todos, incluso de los cubanos que vivimos fuera y todos podamos opinar sobre lo que allí sucede, yo dejaré de escribir.


"Saludos de un viejo amigo, como ya conoces ando por acá trabajando, esto ayuda a evitar el ostracismo en que estoy y darte parte de la razon de lo escribes en tu blog. Lo hago por este medio, pues sabes que la polemica de este tipo a traves de blog es algo perjudicial para nosotros, los de adentro, otra vez de doy la razon de otra parte de lo que escribes. O sea, como amigos, que somos hace un chorro de años, por haber compartido durante todo es tiempo las mismas ideas y estar en la misma trinchera y porque eres mi hermano voy a darte mi opinion. No hablo como vocero del regimen, sino como uno que vive y piensa desde dentro, de uno que goza y sufre lo que tu escribes y lo que ya no conoces pues hace otro chorro que no estas. Al llegar aqui tuve con Antonio la misma polemica y el me planteaba lo mismo que tu escribes, muy inteligente y bien pensado , por cierto, pero no te toca. Yo creo que todo aquel que desde el exilio, forzado o no, tenga un nivel de vida diferente y generalmente superior al nuestro no tiene derecho a decir que debemos hacer, eso nos toca a nosotros. Esa oposicion que tenemos, en la que algunos tienen razon, pero buscan del otro, el que nunca nos ha querido para nada, lease EEUU, el apoyo para su guerra. esta jodida. Desde la acera de enfrente no se vale.
No acabo de entender como todo aquel que tuvo una vida digna y sin sobresaltos, no como lo mia, que muy bien me conoces, puede creer que con una economia tercer mundista y con un mundo como el que estamos, seamos un pais de un desarrollo como Europa o el Norte. Porque compa lo que he visto aqui en este tercer mundo, que es el que me toca, no hay nada, que no sea consumo que sea mejor que el mio. A pesar de mis obstines y aburrimientos y la clasica parada a la entrada del tunel y no ver el final; me quedo con lo que tengo.
Cuando leo Internet, los dueños del poder mediatico no ven nada de la luz del sol solo sus manchas, coño, y ese sol en Cuba tambien brilla aunque no lo crean. Te quiero con el alma a ti y a todos ustedes y aunque diferamos en ideas, soy, fui y sere su hermano de Ud. y de todos. Un abrazo".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

enhorabuena por el blog, voy a contarle a todos mis amigos para que lo lean

Anónimo dijo...

Hola Candil,
En primer lugar quiero felicitarte por tu blog. Me encanta tu forma de escribir y pienso que deberías publicitarlo más para llegar a más lectores.
Hasta ahora no he dejado ningún comentario porque básicamente estoy de acuerdo con todo lo que dices. Sin embargo la carta de tu viejo amigo me ha impulsado a reflexionar.
Aunque soy española, me siento muy cercana a Cuba. Desde siempre me interesó su historia, el tema de la Revolución me fascinaba (ese “comunismo caribeño” que parece una contradicción en los términos). He leído muchísimo sobre ello y he tenido la suerte de conocer a muchos cubanos. Creo que ahora sé sobre Cuba mucho más que antes y desde luego más que la mayoría de los españoles.
Conozco cubanos, de aquí y de allá (qué lástima tener que especificar). Les he escuchado todo tipo de opiniones sobre su país: desde que Fidel Castro es Dios y la Revolución es el Paraíso hasta que es el peor tirano de la Historia y aniquilador de Cuba.
He estado sentada a una mesa en el Hotel Nacional de La Habana con tres cubanos y eran tres visiones distintas de la realidad: una adorando a Fidel con auténtica fe y culpando de todos los males al eterno archienemigo del norte (o sea la consigna oficial); otra, ésta bastante común también en España, apreciando las cosas buenas de la Revolución, las consabidas Educación y Sanidad, pero reconociendo errores, una gran corrupción en el régimen (siempre salvando a Fidel, inocente de todo) y una terrible doble moral, la del “resolver” y trapichear al margen de la legalidad revolucionaria para poder sobrevivir; y finalmente una tercera, muy crítica, la del excreyente ahora disidente militante.
He conocido cubanos, sobre todo en Madrid aunque también alguno en Miami, que se exiliaron de Cuba en el 59, “gusanos” de pedigrí, otros que salieron a ganarse la vida y no se meten en política para no tener problemas ya que van a Cuba de vacaciones de vez en cuando ( y por cierto cada año regresan de esas vacaciones más espantados de lo que sucede allí). He conocido cubanos que han sido presos políticos, cubanos que luchan por la libertad desde dentro de Cuba con coraje y arriesgando mucho, y otros que lo hacen sufriendo las inclemencias del exilio, la soledad, la incomprensión a veces de la propia familia , la adaptación a otra sociedad, en fin, la dureza del destierro.
En suma, conozco cubanos de toda edad y condición (incluyendo oportunistas y sinvergüenzas) y por radicalmente diferentes que sean sus opiniones, todos tienen algo en común: un tremendo amor por Cuba y un profundísimo orgullo de ser cubanos.
Lo que me trae de vuelta al motivo de mi comentario. La carta de tu amigo me ha dejado un poco confusa. Por un lado me alegra que la amistad prevalezca sobre las diferencias ideológicas. Por otro lado me apena que no se atreva a opinar en este foro libre de Internet y desde aquí lo animo a hacerlo aunque sea como anónimo. Me apena asimismo que tenga que trabajar fuera de Cuba porque obviamente eso no le hace feliz, parece que el sol brilla más en Cuba que en la sociedad de consumo en la que “forzadamente” vive. Pero lo que más me llama la atención de toda la carta es que te niegue el derecho a opinar porque “todo aquel que desde el exilio, forzado o no, tenga un nivel de vida diferente y generalmente superior al nuestro no tiene derecho a decir qué debemos hacer”. Lo primero porque destila un tufillo de resentimiento o celos presuponiendo que en el exilio en esa sociedad de consumo a la que Cuba no tiene tanto que envidiar se vive muy bien (como si el exilio no fuera en sí mismo ya suficiente condena) y lo segundo porque deslegitima la opinión de cualquiera que no esté bien jodido.
Según eso, la mía no cuenta en absoluto. No soy ni cubana ni exiliada. Vivo con dignidad y sin sobresaltos. Pero como tengo la inmensa fortuna de sentirme totalmente libre para darla lo voy a hacer:
Creo que la Revolución fue un proyecto que ilusionó a la mayoría de los cubanos al derrocar a Batista.
Creo que se malogró desde el principio y en lugar de conducir a la democracia por la que se luchó, ha conducido a una terrible dictadura totalitaria.
Creo que si la Revolución ha hecho cosas positivas (las habrá, puesto que nada es blanco o negro, siempre hay grises), su precio ha sido demasiado alto y el saldo final es desastroso, la isla entera es un paisaje de posguerra.
Creo que los EEUU tienen su parte de culpa ( y yo sería la última en defender la política norteamericana) pero el pricipal responsable tiene nombre propio y la Historia lo demostrará.
Creo que Cuba necesita urgentemente democracia y desarrollo económico y que los cambios imprescindibles deben ser protagonizados por los cubanos pero por TODOS los cubanos.
Espero ver algún día esa nueva Cuba, de la que ningún cubano tendrá que exiliarse por sus ideas o para ganarse la vida y mantener a su familia. Esa Cuba de la que Candil ya no tendrá que escrbir.

Anónimo dijo...

Yo creo que lo que le pasa a ese viejo amigo de candil y mío también es que el lenguaje subliminal empleado tantas veces por los voceros de la ...¿revolución?, ha calado tanto en sus neuronas que no se percata de que mandando a callar a la voz que lo salva, se está mandando a matar a una generación que no por gusto se ha dado en llamar "la generación perdida". Es la consabida frase de que desde afuera todo es más fácil, dejando entrever la ignorancia respecto a lo que significa el desarraigo total, que no es más que vivir con la mente y los pies en el aire a miles de kilómetros de la tierra que te vio crecer, de la abuelita, del primito que no conzco y que tal vez jamás conoceré, como si ya de hecho, esto no fuera suficiente condena.