jueves, mayo 10, 2012

La nacionalización de Bankia



Por fin, la nacionalización de Bankia es una de las jugadas más brillantes del nuevo ejecutivo de Mariano Rajoy.  Sin complejos, sin temores, sabiendo de la responsabilidad del momento, prefiere adueñarse de un gran banco en quiebra y pilotar su destino, antes de dejarlo caer en la fauces de este monstruo insaciable, llamado crisis.
El ejecutivo, con esta medida, salva a la entidad bancaria, a sus accionistas, a los ahorradores, a la vez que deja un mensaje claro: el que paga manda. El dinero público es de todos y quienes quieran utilizarlo para salvar sus nefastas políticas, deberán supeditarse a la voluntad de todos (encarnada en el gobierno). 
Rajoy envía una señal de compromiso con su política de ajustes y demuestra que no es incompatible con tratar de procurar un marco adecuado para sembrar las bases del crecimiento económico. Las empresas que tenían sus ahorros y sus finanzas en Bankia ahora están totalmente respaldadas por el ejecutivo.
La nacionalización de Bankia convierte a esta entidad en propiedad de la nación, en propiedad de todos. Los gestores de esta entidad deberán rendirnos cuenta a todos y las políticas de esta entidad tendrán que ser transparentes para todos.
Pero Bankia a su vez es accionista en muchas empresas españolas que ahora, por este hecho, nos tendrán que rendir cuenta a todos (MAPFRE, Grupo SOS, IBERIA, NH hoteles, INDRA, entre otros) porque sus problemas, desde ya nuestros, los resolvemos todos a través de nuestros representantes. 
Bankia  sería, por tanto, el caballo de batalla del ejecutivo en su empeño por hacer fluir el crédito. Para ello, pondría en venta los pisos que atesora Bankia al precio que hoy dicta el mercado. Y así,  rompería el pacto silencioso de la banca española para evitar conceder  hipotecas, préstamos y créditos a fin  de no asumir las pérdidas en sus entidades y continuar repartiendo los inmerecidos dividendos. 

La nacionalización de Bankia sería el principio de la solución al tremendo problema financiero que asfixia a las entidades bancarias. La nueva perspectiva de Bankia repercutirá en el resto de la banca española, y nos ayudará a alcanzar el anhelado "fondo de la crisis", desde el cual comenzar a edificar el nuevo sistema financiero español. Hacer lo contrario sería un craso error.

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